
En las fotos, José Luis Garci con la actriz Natalia Millán, y el director artístico Gil Parrondo
El guión, del propio Garci y Horacio Valcárcel, está inspirado en concreto en los episodios La Corte de Carlos IV y El 19 de marzo y el 2 de mayo. "Y ratifico lo de que “se inspira” porque, como cuando también Horacio Valcárcel y yo adaptamos El abuelo, nos hemos tomado muchas licencias con el texto, en el dibujo de los personajes y sus andanzas, en los diálogos o en la creación de nuevos caracteres y numerosos cambios argumentales. Aun así, la esencia del pensamiento galdosiano espero que haya sido respetada al máximo, como en El abuelo", explica Garci.
El equipo de cámara
Rodada en 35 mm -con un metraje de 4.170m y una duración de dos horas y media para cine-, la fotografía de Sangre de mayo es de Félix Monti, que ya trabajó con Garci en Luz de domingo. El director de fotografía se rodeó de Manolo Velasco como operador de cámara, y contó con el apoyo de Antonio Sáiz al cargo de la fotografía en la segunda unidad.
"Se rodaba con una cámara normalmente, pero se utilizaron hasta seis en algunos momentos, como cuando los mamelucos cargan contra la gente, con varios planos a cámara lenta", cuenta Félix Monti en la revista Cameraman. "En ese sentido, tengo que subrayar el gran trabajo de Antonio Sáiz, director de fotografía de la segunda unidad. Muchos planos de las luchas en Cuchilleros y Puerta del Sol fueron filmados por él".
Entre el equipo de cámara suministrado por EPC, la Arricam ST y la Moviecam Compact, con juego de ópticas esféricas Cooke S4. Una elección la de las lentes que, cuenta Félix Monti, es más emocional que una respuesta lógica. "Me gusta su dulzura y, además, poseen una mayor lectura sobre las luces medias". También dice Félix Monti que por la influencia del cine clásico americano que tiene Garci, trabajaron en general sobre un 32mm y usaron muy pocos teleobjetivos.

El rodaje de Sangre de mayo, con un presupuesto de quince millones de euros, se desarrolló desde el 17 de septiembre y hasta la víspera de Navidad de 2007, aunque el equipo estaba inmerso en la preproducción desde marzo. El reto era la recreación del Madrid de hace 200 años en escenarios naturales y en un decorado, un inmenso decorado en Fuente el Saz del Jarama que se construyó sobre una parcela de 30.000 metros cuadrados.
También hay decorados interiores en los Estudios Desafío (Fuente el Saz), en la finca Gozquez (San Martín de la Vega) y en el Palacio Fernán Nuñez. Y se eligieron localizaciones en San Lorenzo del Escorial, Talamanca del Jarama, Aranjuez, Torrelaguna y Alcalá de Henares.
Los decorados de Sangre de mayo son obra de Gil Parrondo, a la cabeza de la dirección artística, y apoyado en el constructor de decorados Ramón Moya y su equipo. La ambientación es de Julián Mateos, y el vestuario de Lourdes de Orduña. En la producción ejecutiva, Julio Carmona y Salvador Gómez Cuenca. En total, el equipo técnico estaba formado por cerca de doscientos profesionales entre técnicos, especialistas y caballistas. Y el equipo artístico aunaba alrededor de sesenta actores más la friolera de unos 9.000 figurantes.
la primera vez
Sangre de mayo ha supuesto para José Luis Garci su primera vez a la hora de filmar batallas, cañonazos, cargas de caballería... Y también supone su estreno "en decorados enormes que reproducían calles de Madrid o estancias del monasterio de El Escorial, por no hablar de los cientos de figurantes que se movían por mercados, figones, lavaderos del Manzanares y aplaudían a Fernando VII (en mala hora) en la Puerta del Sol. Ha sido como si volviera a la infancia", cuenta el director, guionista y productor, que aceptó este encargo de la Comunidad de Madrid como parte de los actos de conmemoración del Bicentenario del 2 de mayo.