miércoles, 14 de octubre de 2009

El viaje más sensorial de Jarmusch en 'Los límites del control'

Si Jim Jarmusch prefiere no explicar qué significa exactamente su nueva película "porque está muy abierta a interpretaciones", tampoco lo intentaremos desde aquí. Lo que sí explica el director es que todo encajaba para rodar en España este extraño y onírico viaje de Los límites del control (The limits of control) una "película de acción sin acción" donde todo es subjetivo y reina la imaginación.

* foto fija: Teresa Isasi-Isasmendi. Copyright Universal Pictures

Así que el año pasado, el 4 de febrero comenzaba el rodaje. Alrededor de seis semanas en localizaciones de Madrid y Andalucía y a toda máquina para terminar en Sevilla el 18 de marzo antes de que se les echara encima la Semana Santa y las procesiones. Jim Jarmusch, director de Bajo el peso de la ley, Ghost Dog o Noche en la Tierra, se acompañó por primera vez del director de fotografía Christopher Doyle (Deseando amar, 2046). Como referencias para The limits of control, el director tenía en su cabeza el cine negro europeo de los años setenta y ochenta, al estilo de películas de Francesco Rosi, y muy en especial A quemarropa (Point Blank, 1967) de John Boorman con Lee Marvin. No es casualidad que bautizaran su productora PointBlank Films.

el cuadro de Madrid que se ve en el Museo Reina Sofía en la película es la vista desde la azotea del edificio Torres Blancas. En la foto, Chris Doyle rodando con la Moviecam Compact de EPC

El primer guión de The limits of control tenía 25 páginas y la intención del director era que fuese creciendo hasta convertirse en la película. No le interesaba trabajar con un guión tradicional y durante el rodaje estuvieron siempre abiertos a los cambios. "Nada estaba cerrado, todo podía cambiar. Y Chris Doyle es un maestro de ese tipo de rodaje, siempre está dispuesto a seguir su instinto. Para mí fue totalmente nuevo porque suelo trabajar con un guión bastante cerrado. De hecho, en éste apenas había diálogos. Escribí los diálogos casi sobre la marcha", explica Jim Jarmusch.

cada persona es un mundo
Además, el director nunca trabaja con un storyboard ni utiliza una lista de tomas. Por eso en The limits of control dice que las localizaciones eran de suma importancia para él y estudió a conciencia la película con Chris Doyle y con el diseñador de producción Eugenio Caballero. "No me refiero al ritmo, sino al estilo; al encuadre dentro del encuadre, objetos encuadrados en puertas, ventanas, arcos; tomas que mezclan intencionadamente el interior y el exterior mediante reflejos", cuenta Jim Jarmusch, y explica lo que querían conseguir con cada encuadre:

"Para Chris y para mí era más bien 'Es la primera vez que veo esto' en oposición a 'Nunca volveré a cruzar esta habitación'. Éramos muy conscientes de esta sensación porque es como vemos el mundo. Queríamos crear algo muy sensorial para que el público, al salir del cine, pudiera ver los objetos de otra forma. Incluso objetos tan cotidianos como una taza de café o el movimiento de la luz en una habitación. William Blake es uno de mis héroes y para él, la imaginación era una religión. Es el mayor don que tiene el ser humano, tanto en la ciencia como en cualquier forma de expresión. La forma en que vemos el mundo, nuestra consciencia de lo que nos rodea, es totalmente subjetiva. Cada individuo tiene la posibilidad de evitar los controles preestablecidos e impuestos".

La escena al principio de la película cuando Isaach de Bankolé se enfada con el camarero -el español Oscar Jaenada- es algo que ocurrió de verdad. Cuenta Jim Jarmusch (dcha) que hace muchos años estaban sentados en un café y el actor pidió dos solos, pero el camarero le trajo un solo doble. Al ver que Isaach se enfadaba tanto, el director le dijo: "¡Pues sí que son importantes para ti esos dos solos!”. Y el actor contestó: “Sé lo que quiero, se lo he dicho y es lo que quiero”. Dice Jarmusch que eso se le quedó grabado. En la foto también, de espaldas, el actor Gael García Bernal durante el rodaje en Andalucía

En cuanto a la estética, no querían una imagen saturada, pero sí querían colores, "aunque quizá más subrayados por el encuadre que por tecnicismos", dice el director. "Cuando Chris descubre algo que le sorprende visualmente, se entusiasma como un niño. Normalmente controlo el encuadre y trabajo muy de cerca con el director de fotografía. Pero hay algo muy plástico en el trabajo de Chris. No sé muy bien cómo explicarlo, tiene una percepción menos rígida que la mía. En el 99% de los casos Chris encuentra un ángulo para la cámara ligeramente diferente del que yo había escogido, y casi siempre es mejor".

equipo de cámara
Y para lograr esa sensación de "cuadro" que buscaban, desde el principio tuvieron claro rodar en 35mm con un negativo y unos objetivos muy específicos. "Si hubiéramos rodado en digital, la película sería diferente aunque los elementos fueran los mismos. Nunca pensamos en hacerlo de otro modo", dice el director, reconociendo que era un poco locura por el ritmo trepidante del rodaje. Y asegura que Chris Doyle es increíblemente rápido trabajando. "Nunca habríamos podido rodar The limits of control dentro de los plazos de no haber sido por Chris. Conseguíamos hacer unos 24 planos en un sólo día, incluso llegamos a rodar 35".

El equipo de cámara lo suministró la casa de alquiler EPC. En la primera unidad, ArriCam ST y Moviecam Compact, y en la segunda unidad Arri 535. En los dos casos con óptica Cooke S-4, y también zoom Angenieux Optimo 24-290mm.

Junto a Christopher Doyle, los profesionales españoles Sergio Delgado como foquista -director de fotografía de Fuga de cerebros, película de la que hablábamos en este blog hace unos meses-; Rodrigo López como auxiliar de cámara y Falkwyn Goyeneche, video assist. También participó Rain Li, director de fotografía de la segunda unidad, quien ya trabajó con Doyle en Paranoid Park (2007), película en la que compartieron dirección de fotografía y reconocimientos.

la producción más compleja
The limits of control es una producción de PointBlank con Stacey Smith y Gretchen McGowan como productoras y Jon Kilik en la producción ejecutiva. Calle Cruzada se hizo cargo de la coordinación de servicios de producción en España, con Patricia Nieto en la dirección de producción. Comenta Stacey Smith, que lleva una década junto a Jarmusch, que ésta ha sido la película más complicada del director logísticamente hablando. "Sus películas tienden a ser más recogidas y menos pobladas. No solemos rodar en aeropuertos y estaciones de tren".

Youki Kudoh iba en un tren hace 20 años en Mistery Train (1989) y Jarmusch quiso volver a contar con la actriz de nuevo en un tren. Tras ella la Arricam ST de EPC. Sólo tenían permiso para rodar un día en el vagón y esta escena requería mucha coordinación con el supervisor de efectos especiales, lo que hizo que fuese un día de trabajo duro. En total, rodaron en tres trenes en movimiento...

"Y tampoco hay helicópteros en las películas de Jim Jarmusch", bromea Smith. Necesitaban uno negro y el único disponible que había en España tuvieron que traerlo del País Vasco. "Fue un día surrealista". En cuanto al avión, lo alquilaron para trasladar el equipo a Andalucía y aprovecharon también para rodar en el interior, lo que les supuso ahorrar un día. "Calle Cruzada nos ayudó a que nuestros traslados fueran sencillos e impecables, además de organizar a un equipo perfecto en cada sitio", dice Gretchen McGowan.

localizaciones
La Madrid Film Commission participó activamente junto con Calle Cruzada en la agilización de la obtención de los permisos de rodaje y diversos trámites. Y es que las localizaciones elegidas en Madrid son lugares tan emblemáticos como el aeropuerto de Barajas -donde comenzó el rodaje-, la estación de Atocha, el edificio Torres Blancas, el Museo de Arte Reina Sofía, la calle Barquillo, el piano bar Tony2, el restaurante Casa Patas o la Plaza de San Ildefonso en el corazón del barrio de Malasaña. "La Madrid Film Commission nos fue de gran ayuda. Un amigo de Jim, Chema Prado, director de la Filmoteca Española, también hizo posible muchas cosas", explica Stacey Smith.

Cuenta el director Jim Jarmusch que todo encajaba para rodar en España. Su amigo Chema Prado, además de haber sido su asesor cultural en The limits of control, tiene un piso en las Torres Blancas de Madrid y ya la primera vez que estuvo allí hace 20 años le pareció un edificio increíble, y le gustó el estilo años sesenta. Es la casa donde se aloja Isaach de Bankolé, el Solitario y misterioso protagonista. Por otro lado, le habían hablado de una casa en la zona de San José (Almería), "una casa muy rara" donde seguro le gustaría rodar. Y así fue, rodaron en medio del desierto, día y noche, y con vendaval incluido. Es la casa del Americano -que interpreta Bill Murray- en la película. En la primera semana de marzo 2008 también rodaron en localizaciones de Abla, Senés, la estación de Doña María...

Además, Jim Jarmusch tenía en la cabeza Sevilla, que ya visitó en los años 80 y cuya luz le atraía. Allí tuvo lugar la última semana de rodaje, en el centro, en Triana, el Muelle de la Sal o la estación de Santa Justa, entre otros escenarios naturales. De hecho, toda la película vemos decorados naturales. El único que se construyó fue precisamente en Sevilla, en uno de los edificios del área de la Exposición Universal, para la escena final del Americano.

es como un juego...
The limits of control es como un juego que se va construyendo a base de elementos misteriosos que se repiten y de variaciones -como recurso de expresión artística- con los diferentes personajes. Entre ellos, además de Óscar Jaenada, está Luis Tosar con el personaje de Violín. Porque en la película no hay nombres, y en los créditos a todos se les menciona como si fueran títulos de cuadros: Solitario, Criollo, Francés, Camarero, Violín, Desnuda, Rubia, Moléculas, Guitarra, Mexicano, Conductora, Americano. En cuanto al título de la película, surge de un ensayo de William S. Burroughs escrito en los años setenta que habla del idioma como mecanismo de control:

“Las palabras aún son las principales herramientas de control. Las sugerencias son palabras. Las persuasiones son palabras. Las órdenes son palabras. No se ha inventado una máquina de control que funcione sin palabras, y cualquier máquina que intente controlar basada totalmente en la fuerza externa o el control físico no tardará en toparse con los límites del control”.

Aunque le hizo reflexionar acerca de cómo se perciben las cosas y cómo se intenta controlarlas, dice Jim Jarmusch que no ha usado el contenido del ensayo en la película, sólo el título: The limits of control.

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