"Los personajes y la cámara están separados por una distancia grande. No hay diálogos. Los personajes hablan pero no se escucha lo que dicen. Ni en los planos abiertos, ni en los primeros planos -que hay, y muchos-. Se oyen ambientes, cosas que están presentes en el directo. A veces, ventanas y cristales separan el espacio escénico del lugar donde se pone la cámara; otras simplemente estamos muy alejados".
Son notas de Jaime Rosales hablando de Tiro en la cabeza. Su nueva película se presenta en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián y se estrena en octubre. Una producción de Wanda Vision y Fresdeval Films con la colaboración de la francesa Les Productions Balthazar, que vuelve a romper esquemas y se convierte -como ya pasó con La Soledad y la polivisión- en una apuesta arriesgada en la realización y la técnica, y esta vez también en el mensaje.
potente y original con pocos medios
Cuenta también Jaime Rosales que la idea de esta película apareció de forma inesperada. "El domingo 2 de diciembre de 2007 leí en la prensa una noticia que me dejó noqueado. Tres terroristas mataron, la mañana del día anterior, a dos policías tras un encuentro fortuito en una cafetería. No era algo planeado. Esta película tampoco es algo planeado. Es una película reacción. Yo estaba escribiendo la que tenía que ser mi tercera película, cuando ésta entró de un portazo. Entró sin avisar. Quería hacer una película barata, potente y original formalmente. Siempre he querido realizar una película clavada en la actualidad. Hoy ocurre algo, mañana lo estoy filmando con los pocos medios con los que puedo disponer".
Y todo fue muy rápido. La preproducción, el rodaje, la posproducción... Sabemos que mientras recogía los Goya por La soledad la noche del 3 de febrero pasado, Jaime Rosales ya estaba ultimando la preproducción de Tiro en la cabeza (Tiro Bat Buruan) en plan 'top secret'. De hecho, el rodaje comenzaba el 5 de febrero y se llevó a cabo en un tiempo récord de sólo dos semanas, en localizaciones de San Sebastián y de Las Landas francesas, y con un equipo técnico reducido de sólo nueve personas.
el teleobjetivo indiscreto
"La manera de rodar no ha tenido nada que ver con mis trabajos anteriores. Se parecía más a la manera de trabajar empleada en los documentales de animales. El equipo técnico teníamos que encontrar la manera de pasar inadvertidos mientras filmábamos", explica Jaime Rosales. El objetivo era que los actores -que no son profesionales- no supieran cuándo estaba rodando la cámara. Y para conseguirlo, se rodó toda la película con teleobjetivos en un formato 1:85. "La elección de lentes de larga focal nos permitía alejarnos mucho del círculo de acción y pasar bastante desapercibidos, a pesar de haber rodado en 35mm. Además, produce una imagen muy plana que me parece muy atractiva estéticamente".
EPC suministró el equipo de cámara. Una Arri 535 con ópticas Optimo 24-290mm y teleobjetivo Leica 560mm, entre otros accesorios. Tras la cámara estaba el director de fotografía Óscar Durán, que ha acompañado a Jaime Rosales también en sus otras dos películas Las horas del día y La Soledad. En esta ocasión, la cámara tenía el papel decisivo de transmitir al espectador la sensación de ser un observador a distancia. Como ayudante de cámara, Manu Álvarez.
rozando el cine mudo
84 minutos de película en la que, como ocurre en la realidad, cuando miras a distancia, no oyes lo que se dice. Un recurso, el de la no escucha de diálogos, que ya se vislumbraba mucho más discretamente en La Soledad cuando los personajes están en el patio -les vemos a través de la ventana pero apenas oímos la conversación- o cuando les vemos pasear a distancia por el campo...
En Tiro en la cabeza cobra total protagonismo porque no oímos diálogos. Jaime Rosales quiere ofrecer así un tipo de cine que le parece muy participativo y estimulante para el espectador. "Esta manera de rodar –con teleobjetivos, a gran distancia y sin diálogos- genera un tipo de percepción sobre la realidad muy distinta a la que estamos acostumbrados en el cine. Creo que es una película cuyos fundamentos nos devuelven a las bases del cine mudo y, paradójicamente, es, a la vez, muy sonora". El realizador contó con David Machado al cargo del sonido y del montaje del sonido. Y de las mezclas se ha encargado Carlos Garrido.
La postproducción se hizo en 7 semanas. Sin etalonaje. Para Jaime Rosales el raccord tampoco es importante, ni el raccord de iluminación, ni el de movimiento. Y en este sentido, el realizador define el montaje de Tiro en la cabeza -en manos de otro de sus habituales, Nino Martínez Sosa- como dinámico y muy funcional, con el fin de mostrar lo que está pasando sin más, sin incidir sobre la realidad circundante.
técnicamente actores
En esa búsqueda de realismo, Jaime Rosales ha rodado con gente normal, que viste su propia ropa, actúa en su propia casa o en escenarios corrientes de su día a día. Ion Arretxe, que es el director artístico en Tiro en la cabeza -como también lo fue en La Soledad- se lanza a la interpretación con el rol protagonista de un hombre en apariencia normal que el espectador observa en su entorno cotidiano. Junto a él, Íñigo Royo, Jaione Otxoa, Ana Vila, Asun Arretxe, José Ángel Lopetegui... Un reparto en el que se reconocen nombres de gente que trabaja en cine, en la producción, vestuario, etc... y que se estrenan como actores. En el equipo de producción, Miguel Morales como productor ejecutivo y Bárbara Díez como directora de producción. José María Morales, el propio Rosales y Jérôme Dopffer son los produtores.
una mirada particular
La historia de Tiro en la cabeza nace a partir del trágico suceso terrorista en Capbreton, pero el realizador no ha buscado ser escrupulosamente fiel a los hechos sino mostrar su visión personal. Su historia comienza cuatro días antes del doble asesinato.
"No sé muy bien qué cuenta la película o de qué trata. Tal vez dentro de un tiempo, con cierta distancia, empezaré a vislumbrar lo que cuenta. Lo único que sé es que lo que me mueve a realizar una película es siempre lo mismo: la necesidad por entender al ser humano; la posibilidad de explorar el lenguaje del cine buscando nuevos caminos. En este sentido, la ausencia de diálogos en la película ha revelado ser un recurso fascinante. ¿De qué hablan? ¿Qué relaciones tienen entre sí los personajes que aparecen? ¿Qué les empuja a hacer las cosas que hacen? El resultado es una película muy elíptica, con muchos huecos que rellenar", reflexiona Jaime Rosales.
Además de haber intentado hacer una película alejada de toda ideología, al realizador tiene un deseo. "Que esta película aporte un poco de moderación y cordura dentro de un amplio espacio de reflexión. Y paz, sobretodo, me gustaría que desde el estímulo de la conciencia y la modestia de los medios con los que ha sido realizada, aportara algo de paz". Tiro en la cabeza llega a los cines españoles el 3 de octubre.
viernes, 19 de septiembre de 2008
Jaime Rosales estrena 'Tiro en la cabeza'
escribe el Sensor a 6:35 a. m.
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2 comentarios:
Muy interesante este blog. Creo que acaba convertirse en otra de mis obligadas lecturas diarias. Un saludo.
Que a los lectores que pasan por este blog les parezca interesante lo que se dice nos empuja a seguir escribiendo con ilusión. Gracias por pasar por El Sensor y dejarnos este motivante mensaje. Y gracias por poner un enlace de nuestro blog en http://entrevagones.blogspot.com, que además es todo un descubrimiento que también se convertirá en nuestra lectura obligada. Porque tiene mucho de cine, pero sobre todo de filosofía existencial. Un tren hacia la reflexión.
Un cálido saludo desde Madrid.
El Sensor
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