martes, 29 de diciembre de 2009

La atmósfera de fábula de Álvaro Gutiérrez en 'Mal día para pescar'

"Las cosas son tan difíciles en un rodaje como las metas que te hayas planteado para el mismo", dice el director de fotografía Álvaro Gutiérrez. Y en su último trabajo en largo, la ópera prima de Álvaro Brechner, Mal día para pescar, se pusieron el listón muy alto. "En esta película fue todo complicadísimo porque fuimos muy ambiciosos. Creímos en todo momento en lo que estábamos haciendo. La sensación era que teníamos un gran proyecto entre manos y eso era una gran responsabilidad".

Esta implicación dio sus frutos porque Mal día para pescar no pudo empezar con mejor pie su recorrido. Se estrenó en la Semana Internacional de la Crítica de Cannes 2009, sección consagrada al descubrimiento de nuevos talentos a la que sólo acceden siete películas elegidas entre producciones de todo el mundo. A partir de ahí, esta coproducción hispano-uruguaya de Telespan 2000, Baobab Films y Expresso Films, ha sido invitada a más de 40 festivales internacionales, preseleccionada para representar a Uruguay en los Oscar como película de habla no inglesa, y hace dos semanas arrasaba en los premios de la Asociación de Críticos de Cine de Uruguay con diez premios, entre ellos, a la mejor fotografía para Álvaro Gutiérrez. Él nos cuenta -desde Buenos Aires donde ahora está rodando nueva película- algunos apuntes de este trabajo, que se ha estrenado el 11 de diciembre en cines españoles, y en el que se ha buscado un sello personal.

La historia de Mal día para pescar se basa en el cuento Jacob y el otro del escritor uruguayo Juan Carlos Onnetti. Está rodada íntegramente en Uruguay el verano de 2008 durante algo más de siete semanas. Arrancó el 4 de agosto en la estación de trenes de Colón de Montevídeo, y además de la capital uruguaya se ha rodado en localizaciones de San Carlos, Minas, Solís de Mataojo y Villa Soriano.

formato de cuadro 2.35 y Hawk V
Eligieron rodar en 35mm así que hasta Uruguay también viajó el equipamiento de cámara de EPC, una Moviecam Compact con ópticas anamórficas Hawk serie V, además de una Arriflex 35BL-4 entre otros accesorios. "La historia respira un aire de cine clásico que nos costaba imaginar en soporte digital", cuenta Álvaro Gutiérrez. "En mi opinión, las texturas que proporciona el celuloide nos ayudaban a que la imagen mantuviera esa cualidad. Además, la historia no requería pasar por proceso digital de postproducción, a excepción de un par de planos puntuales, así que teníamos la oportunidad de realizar un etalonaje fotoquímico".

el realizador uruguayo afincado en Madrid, Álvaro Brechner, pegado a la Moviecam

También les encajaba en su planteamiento estético rodar en anamórfico. "Yo ya había trabajado con las Hawk Serie V de EPC. Rodamos unas pruebas para probar las Compact también y compararlas, pero al final nos decidimos por la Serie V", recuerda.

"La historia nos parecía que tenía mucho de fábula. El luchador y su mánager, que llegan a un pueblo en algún lugar del sur de América ofreciendo un desafío de 1000$... El formato de cuadro 2.35 y, sobre todo, la textura de la lente anamórfica, creo que eran decisiones básicas en cuanto a herramientas de cámara", explica Álvaro Gutiérrez.

luz expresionista
En cuanto al lenguaje visual, el realizador Álvaro Brechner le pidió ser lo más narrativo posible. "Que la luz y el encuadre, al igual que todos los demás elementos, ayudasen a contar la historia y los estados de ánimo", explica Álvaro Gutiérrez.

Como referencias trabajaron con los ambientes de dibujos de Jack Vettriano y fotografías de Gregory Crewdson. "Aunque sólo fue el punto de partida. Durante la preproducción fuimos diseñando nuestra propia paleta de colores y atmósferas. Me gusta empezar muy al principio de la preproducción con referencias visuales pero luego hay que ir olvidándose de ellas y desarrollar algo más personal".

Para Álvaro Gutiérrez, crear el pueblo de Santa María, el lugar imaginario donde transcurre la película, era una tarea complicada y de gran responsabilidad. Por eso, su intención no fue hacer una luz realista sino encontrar una visión diferente que le diera carácter a Mal día para pescar. "Buscábamos una luz algo expresionista con una intensa gama cromática. Utilicé una luz dura para varias secuencias con sombras muy marcadas y nos permitíamos ciertas licencias fotográficas para crear ese universo propio de fábula que tiene la película".

el punto violeta
En algunas secuencias noche, el director de fotografía utilizó una gelatina que se llama Rose Purple con un resultado que forma parte ya de las señas de identidad visual de esta película. "Es un color intenso y difícilmente pasa inadvertido pero ayudaba puntualmente a representar la inestabilidad en ciertos momentos del personaje del luchador, Jacob Van Oppen. Brechner y yo escogimos esta gelatina después de barajar otras posibilidades dentro de esa misma gama de violetas. Es un color que produce hasta cierta incomodidad, y pensamos que nos vendría muy bien. La utilicé de forma narrativa sin intentar justificarla. Se convierte en parte de Santa María y el entorno de los personajes".

Carlos Catalán preparado para operar la Moviecam Compact con lentes anamórficas Hawk serie V de EPC

cámara sutil y encuadres sólidos
Junto a Álvaro Gutiérrez estaba Carlos Catalán, que fue el operador de cámara para casi toda la película y también se encargó de fotografiar la segunda unidad.

"La mayor parte de la película está contada desde una cámara muy estable. La movíamos bastante, pero siempre con una intención narrativa y de forma muy sutil, muchas veces casi imperceptible, con encuadres sólidos", cuenta el director de fotografía. "También hicimos un par de grandes movimientos de grúa que al ser poco utilizada añadieron mucho más dramatismo a las dos secuencias y fue muy efectivo". Y para los momentos de lucha libre de la película, mezclaron la cámara más estable con planos de cámara en mano.

Junto a Álvaro Gutiérrez y Carlos Catalán, el resto del equipo de cámara lo formaban técnicos uruguayos. Pablo Berti, foquista, José Bonica, auxiliar y Erika Levi como meritoria de cámara. También en el equipo, Alejandro Noya, maquinista, y Quique Álvarez, jefe de eléctricos.

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LA PRODUCCIÓN
Mal día para pescar ha contado con Tomás Cimadevilla, el propio Álvaro Brechner y Virginia Hinze en la producción ejecutiva (Telespan 2000, Baobab Films y Expresso Films). Y como directores de producción, Virginia Hinze y Pablo Ramírez. El guión, basado en el cuento de Onetti, está escrito por Álvaro Brechner con la colaboración del actor Gary Piquer, a quien vemos dentro de su deslumbrante bólido rojo en su papel de Príncipe Orsini, junto con Álvaro Gutiérrez.
Para presentar la película, tomamos prestadas las palabras del delegado general de la Semana de la Crítica de Cannes 2009, Jean-Christophe Berjon: "Mal día para pescar es una película de género que es la película ‘placer’ de la selección. Una obra sobre una gran estafa, y al mismo tiempo un clima entre el western y la historia popular. Está magníficamente construida de la A a la Z, es brillante y hace soñar”. Y con intriga y suspense hasta el final...
ver teaser 30' Mal día para pescar


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con la mirada atenta
De este rodaje, Álvaro Gutiérrez se queda con todo lo aprendido, la gente nueva y no tan nueva con la que trabajó, "y la sensación de estar haciendo algo interesante que es muy reconfortante", asegura. No es la primera vez que trabajaba con Álvaro Brechner, que además de realizador y guionista es fundador de la productora madrileña Baobab Films. Los dos "álvaros" ya formaron tandem en el cortometraje Segundo aniversario (2007).

el director de fotografía Álvaro Gutiérrez, el actor Gary Piquer, y el realizador Álvaro Brechner dentro del travelling circular en la localización donde se rodaron algunas de las escenas de lucha libre

Del trabajo de Álvaro Gutiérrez destaca especialmente la fotografía de Bajo las estrellas (2007) por la que fue nominado en los Goya 2008. Precisamente en Mal día para pescar se ha vuelto a reunir parte del equipo de aquella película, Gustavo Ramírez (dirección artística) y Mikel Salas (música), además de Carlos Catalán. Otro de sus trabajos recientes es la fotografía de Miente (2008), corto ganador del Goya 2009 en ficción. Y como decíamos al principio, ahora está en Buenos Aires, donde estará rodando hasta febrero el nuevo largometraje de Diego Lerman, Ciencias morales. Y seguro que con la mirada bien atenta porque como dice Álvaro Gutiérrez, "en cada rodaje aprendes cosas nuevas, eso no creo que nunca deje de pasar".

1 comentario:

El Sensor dijo...

'Mal día para pescar' ha sido distinguida como Mejor Ópera Prima en el 14 Festival de Cine Latino de Los Ángeles, que finalizó el pasado 25 de agosto.